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Taller Literario de Salinas

sexo sin amor

sexo sin amor

Sexo sin amor

Giró la cabeza y vio pasar al camarero con una bandeja llena de copas de vino tinto, alargó el brazo y cogió una de aquellas copas; miró a su alrededor y mantuvo aquella pose de tío interesante que también sabía hacer. Un sorbo largo y apurado puso fin al contenido de la copa, mientras el vino viajaba por su garganta.

Carlos, había acudido a aquella fiesta invitado por los amigos de su jefe, gente estirada y nuevos ricos de la zona más cara de Madrid. Pero comenzó a sentirse incomodo estando allí, agobiado por las conversaciones rutinarias de trabajo, estrechando manos de personas que alguna vez se había encontrado por los pasillos de la oficina.

Salió afuera y encendió un cigarrillo, un Malboro que guardaba en su camisa, de pié en el porche de la casa, mirando las luces que iluminaban el jardín, introdujo una de sus manos en el bolsillo derecho del pantalón Docker y encontró una moneda, una Libra, de su último viaje a Londres. Carlos la miró, la sostuvo en su mano y dijo:

   - Voy a lanzarla al aire, si sale cruz me largo de esta fiesta, tomo la M-30 y me pierdo con mi coche sin destino fijo, sin rumbo, hasta vaciar el depósito de mi BMW.

Lanzó la moneda y la dejó caer al suelo, se acercó manteniendo la verticalidad, miró la moneda y vio que había caído del lado de su cara, pero un pequeño golpe con la puntera del zapato, cambió el azar.

   - Salió cruz, dijo Carlos.

Y cogió su coche y se marchó sin despedirse de su jefe, ni de sus aburridos invitados. Aquel BMW, último modelo, regalo de su suegro, el día de la pedida de mano de su mujer, se convertiría en su Rocinante. A esas horas, la M-30, parecía un desierto, todo oscuridad, solo interrumpida por las luces de los pocos automóviles que se cruzaba.

Buscó en el dial de la radio  y abrió un poco la ventanilla y el aire le mantuvo despierto; ciento veinte kilómetros más adelante, las luces de neón de aquel club, de carretera, le provocaron el mismo efecto que provoca, en las moscas, las luces azuladas que cuelgan en las carnicerías de barrio. Aminoró la velocidad y haciendo el camicace giró en la intersección, lanzándose contra la entrada del club.

Un lugar oscuro, extraño, en medio de la nada, en una salida de la autopista, luces rojas y azules formaban en lo alto del tejado el nombre de Flamingo´s Club y recordó aquella canción de Joaquín Sabina, "Una canción para la Magdalena". Su mano se introdujo dentro del bolsillo del pantalón y encontró la moneda, una vez más.

   - Si sale cruz entro y busco a la Magdalena esa que canta el Sabina, se dijo Carlos.

No importó, porque otro puntapié corrigió, por segunda vez en la noche, al azar.

Una hora después de haber entrado y tomarse un gin tonic, estaba tumbado en una cama de muelles oxidados con la Magdalena. En realidad, ella le dijo que se llamaba Elena, una guapa y joven mulatita dominicana, de ojos color miel y labios de gominola.

Un buen revolcón, charquitos de sudor en sus ombligos, carne tibia, trepó con sus dedos por sus muslos hasta el sexo sin amor.

   - Las putas no besan, "mi amol". Le dijo Elena, cuando Carlos intento encontrar sus labios rojos, pero él respondió con una media sonrisa y se deslizó por su cuello hasta los duros pechos y su lengua aprendió otro idioma jugando con sus pezones. Saliva con sabor dulzón, pies jugando bajo las sabanas, agotaron todas las posturas del Kama Sutra.

Cuando volvió a tomar consciencia de si mismo estaba de vuelta apoyado en la barra junto al taburete donde había estado sentada Elena; desde allí, le había guiñado un ojo y después dos pisos más arriba, lujuria sin preguntas, profiláctico de fresa y copas de champagne.

Recogió su chaqueta y salió a la puerta del club, en su mano la moneda y en su boca su último cigarrillo de la noche.

   - Si sale cruz, mañana vuelvo! Y lanzó la moneda al aire.

Jorgexx

* Para este relato me inspiré en la canción de Revolver "Tu noche y la mía".

2 comentarios

no se quien soy -

Y si no, patadita y listo.

bordex -

Seguro que la moneda, obedeció a sus deseos... l