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Taller Literario de Salinas

!FUEGO,FUEGO...¡

¡FUEGO, FUEGO…¡

 

 

 

Con el fuego no se juega… Juan se lo había oído miles de veces a su padre y a su abuelo. Pero con Roberto,  Julio y el pequeño Mariano intentaba lograr  lo que había leído en los viejos libros de aventuras de la biblioteca de la ciudad. Colocó con cuidado unas ramas secas, encima un vidrio roto de tal manera que le dieran los rayos del sol. Lo intentó varias veces sin éxito. Sus amigos, que no habían salido del pueblo, le dejaban hacer  mirándole con una mezcla de admiración y envidia. Al fin  el fuego prendió y las llamas muy pequeñas en los primeros momentos, comenzaron a crecer. Los niños en aquella tarde de mediados de julio las miraban un poco asustados. Hacía calor. Paralizados vieron cómo el fuego aumentaba y se extendía hacia la zona de las eras, donde ya los hombres habían recogido gran parte de la cosecha de cereal. Los rastrojos muy secos a estas alturas del verano ardían también. De repente unos gritos agudos y asustados se dejaron oír. Una de las mujeres  del pueblo, alertada por el olor acre y por el humo, salió corriendo desde el camino que llevaba a  Valtorta. Se oyeron los toques de las campanas  avisando a los vecinos del peligro y los chiquillos, sin pensarlo dos veces, salieron corriendo hacia su escondite de siempre, muy cerca de la bodega.

Dos horas después, casi de noche, los hombres con cubos de agua trasladados en unos carros y una especie  de manguera lograron extinguir las llamas. Una parte de la cosecha se había perdido.  Casi todos los habitantes del pueblo, incluidos mujeres y niños, reunidos a las afueras, se afanaban en reparar los daños. Juan y sus amigos escuchaban en silencio las quejas y las preguntas que se hacían. Las causas que barajaban eran muy diferentes y  temblaban al pensar en la situación.Rosario, una de las vecinas  más viejas se quejaba: “Ya os decía yo que este año 36 era un mal año, y ahora lo veis”

D. José, el médico, hablaba con el cura y con el alcalde: “Hemos salvado la mayor parte del trigo. Y conseguimos extinguir el fuego…

- Este sí- dijo el maestro acercándose- Pero…Acaban de avisarnos. Los militares se han levantado en  Marruecos…

- Dios mío- su mujer se cubrió la cara con las manos.

- Cálmate. Será una simple alarma. Mañana estarán controlados.

- No-  dijo el boticario que acababa de llegar- Parece que también se preparan en Madrid, en Barcelona, en Navarra… Son demasiados focos.

Era noche cerrada cuando los vecinos volvieron a sus casas. Juan y sus amigos tardaron en dormirse. El día había sido muy agitado. Mientras, ellos no lo sabían,  a aquellas horas España comenzaba a arder.

 

                                                                                          MEX

2 comentarios

elegantex -

contada así me hubiese sido más fácil aprobar "historia"...

Xeres -

Un relato precioso y desgraciadamente España se convirtió en una gran hoguera.