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Taller Literario de Salinas

EL TENEDOR...

EL TENEDOR...

El tenedor del tio…

 

 

 

Había una vez un tenedor al cual nadie quería, siempre estaba sólo en un rincón, apartado de todos; el no comprendía ese desprecio que no ocultaban en demostrar y que nunca tenían la delicadeza de integrarlo como a todos los demás en aquellas fabulosas fiestas. Los acicalaban con dulzura, bañándolos en aquella misteriosa agua que despedía unas burbujas muy agradables y frotándolos después, hasta quedar tan brillantes como el mismísimo sol. El jamás había experimentado tal gozo, ni había sentido los dedos de una hermosa dama tocando su menudo cuerpo ¿por qué me hacen esto? Se preguntaba en la soledad de aquel cajón húmedo y maloliente.

Así los días vacíos y tristes continuaban para aquel pobre tenedor que no entendía el motivo de su existencia.

Un día desde el alba, la casa se había trasformado en una autentica algarabía. Todos los habitantes trabajaban sin cesar para que todo resultase espléndido y, en la cocina empezaban a filtrarse exquisitos aromas, envolviendo hasta el rincón más oculto.

¿Otra fiesta? ¡Vaya! Otra vez me dejarán en la oscuridad… otra vez mis compañeros tendrán la suerte de ser los elegidos… otra vez sufriré la humillación de la indiferencia y el desdén.  Tan triste estaba pensando en su mala suerte, que no se percató de unas manos suaves elevándolo hasta una altura superior  a la habitual. Asombrado y confuso por estar tan cerca de una mujer bella, descubriéndola, como la prometida de un habitante de la mansión.

¿Por qué está este tenedor tan hermoso apartado de los otros? –La oyó decir-

Señora- no lo toque por favor, es el tenedor de un tío muerto del señor y a nadie de esta casa le gusta.

¡Es gracioso! ¿Acaso temen la resurrección de ese tío? No te preocupes por nada; yo me lo llevaré conmigo para que acompañe a mis otros tenedores, herencia también de otros tíos muertos.

Aunque el destino no parecía muy alentador, al menos no estaría sólo.

 

 

Bordex.

 

 

 

 

 

2 comentarios

elegantex -

siempre mejor acompañado que solo aunque seas tenedor...¡desde luego que sí!

Xeres -

¡Pues claro! ¡Buena idea! Los tenedores como los humanos. Los vivos con los vivos y los muertos con los muertos. ¿O no?