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Taller Literario de Salinas

Casa Encarna

Casa Encarna: El jardín de las delicias

 

    Aquella inolvidable noche fue el comienzo del resto de su vida, ya que fue cuando se gestó lo que habría de tener tanto éxito y supondría su realización plena.

    Era una cálida noche de verano cuando celebramos la clausura del TLS. A Encarna se le ocurrió invitarnos a cenar en su casa unos días después. Habíamos acordado llevar comida y bebida entre todos pero, aún así, ella decidió preparar - “algo ligero” –, dijo.

    Nos dio la bienvenida uno a uno agasajándonos con un inolvidable escenario.

    El jardín estaba iluminado con bombillas multicolores que le daban un aire íntimo, como de verbena antigua. Sonaban entrañables nanas y baladas asturianas.

    Las mesas estaban cubiertas con leves manteles verdes, de finísimo raso, que se agitaban con la brisa ligera, coronadas por riestras de margaritas, caléndulas, pasifloras, buganvillas…y rebosantes de viandas de la tierra: Sobre platos de cerámica negra de Miranda, brillantes empanadas de llámparas, de boletus y de bacalao con cebolla, exquisitamente adornadas con motivos de la mitología local; tortillas paisana salpicadas de alegres colores rojos, amarillos y verdes; chorizos a la sidra en encantadoras cazuelitas de barro; preñados cocidos con pan ligeramente dulce presentados sobre fuentes de cerámica de Faro; y delicados pastelitos de arándanos y frambuesas en platitos de flores y frutas de San Claudio.

   La cena fue un deleite para los sentidos, pues todo ello componía una deliciosa atmósfera que nos cautivó desde al mismo momento en que entramos. El ambiente emanaba suavidad y refinamiento y, cuando por fin se hizo el silencio, aparecieron los trinos de los grillos y el aroma dulzón del galán de noche.

    Pronto se corrió la voz del buen gusto y “savoir faire” de Encarna. Los vecinos empezaron a pedirle que organizara otros eventos para sus celebraciones, o simplemente por el placer de pasar una noche en el que desde entonces se llama “El Jardín de las Delicias”.

 

Xana

5 comentarios

Soy yoooooooo. -

Me gustó mucho la imaginación que le echaste.Me gustaría poder hacerlo realidad.Tal vez algún día...Y por algo se empieza.Una sidra y unas aceitunas toreras tal vez?

Anónimo -

Sandex, no imtento ser mordaz, en absoluto. Fue la propia Encarna la que propuso el tema de su casa.
Xeres, a Encarna la conozco hace muchoa años y te aseguro que es mucho más sofisticada de lo que parece, y sus "empanadas"(je,je) son espectaculares.

Xeres -

Relato tan descriptivo y con "tanto detalle fino" creo que no se ajusta a la caótica personalidad de Encarna. ¿O con ello intentabas sugerir el efecto contrario?

elegantex -

no Sandex , Distrax es otra...(María) pero !qué despitadex eres!...

Sandex -

Había leido el otro artículo primero y entonces no sabía quién era "Xana" ( Yo no estuve el curso pasado, Bicha), pero... la pasiflora, el galán de noche o las caléndulas, unido al conocimiento de la cerámica popular me dieron tu pista. En cuanto al artículo...¿Como prefieres que lo catalogue, de sutíl o de mordaz? Pobre Encarna, por algo es Distrax.