Blogia
Taller Literario de Salinas

La casa de Encarna

 

 

 

 

Hoy, mi compañera de taller “Encarna”, me invitó a tomar un chocolate en su hermoso chalet para hablar de todas las anécdotas ocurridas en los diferentes talleres a los que acudimos durante el invierno. Me parece una gran idea, porque desde luego tema si que hay, así que ni corta ni perezosa, preparo la bicicleta (está un poco lejos su casa) y me dispongo a pedalear un poco (aunque me duelen las piernas) pero merece la pena. Conocer su casa es una incógnita, ya que ella siempre alardea del caos establecido.

Bueno, al menos por fuera resulta todo un “poder”. Cuando ella sale con su media sonrisa y cara burlona a abrir la puerta, me pregunto que tramará, pero me hace pasar al salón  (que, me imagino, porque no hay nada) lo mismo en las habitaciones, en la cocina… no hay baños… ¿Qué pasa? ¡Es una casa vacía! Todo está en su mente.

 

 

Bordex

3 comentarios

Anónimo -

Aparentemente vacía como tu maleta, pero ya sabemos que, en realidad, llena como tu mente. Preciosa idea.

Tardex (ya se quien soy). -

Efectiviwonder,me gustan los grandes espacios abiertos al mundo y a los amigos,aunque al principio soy un poco reticente (me gusta esta palabra)una vez que me conocen no me importa abrirles mis puertas de par en par ¿qué puerta?Aunque a veces esos grandes espacios estén llenos de grandes ¿"vacíos"?
Muchas gracias tú también estas invitada a mi humilde morada. PD.Lo que más me gusta de mi casa es la bandera.

elegantex -

la casa vacía... ¿tal vez como aquella maleta que trajo al taller?... parece que coincidimos en que le encantan los grandes espacios abiertos... ¿estás de acuerdo Encarna?