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Taller Literario de Salinas

Relato con tres finales

Era una tarde primaveral, los heliotropos, lavandas, amapolas y otras florecillas silvestres coloreaban los bordes del camino, la luz del sol ya sobre el horizonte alargaba las sombras sobre la pradera cercana, al entrar en el bosque se sentía la bruma húmeda que impregnaba todo, un caballero iba pensativo cabalgando por el sendero que lo llevaba al castillo sin percatarse de lo que ocurría a su alrededor.

Una voz extraña gutural y chillona se escuchó entre la espesura.

-          ¡Príncipe, príncipe! por favor ayudadme.

El caballero detuvo su caballo y trato de escuchar de nuevo, no estaba seguro, había escuchado algo, un ruido, una voz, un lamento. Se detuvo y preguntó:

-          ¿Quien llama? Y se quedó escuchando con atención

-          ¡Príncipe ayudadme por favor! repitió la voz,  aquí, aquí abajo, por favor Príncipe

El caballero siguió la voz hasta que encontró una rana verde que sobre una roca lo miraba con cara de tristeza.

-          ¡Una Rana que habla! Exclamó sorprendido.

-          Si, su alteza, ahora soy una rana pero yo realmente soy una joven doncella que una bruja mala ha encantado, por favor ayudadme. Vos sois el único que puede hacerlo. Cuenta la leyenda que si vos me das un beso se romperá el encantamiento por favor, besadme Príncipe mío. Os prometo que seré tu sierva fiel para siempre.

 

Primer final el de los cuentos de hadas:

El caballero que era un príncipe de verdad, príncipe  con corona, espada, capa de armiño y botas de cabritilla tomó en sus manos a la pequeña rana verde y pensando que no perdía nada en probar le dio un beso.

De la rana salió un estampido que tiró el príncipe al suelo y delante del apareció una escultural princesa desnuda y sonriente. Gallardamente se quitó la capa de armiño y la cubrió con delicadeza. Se fueron sonriendo al castillo, comieron perdices y vivieron felices rodeados de gran lujo y riquezas.

 

Segundo final más realista:

El caballero, que si era caballero pero también era viejo, con casaca gastada y un poco doblado por los años y las angustias económicas tomó la rana con delicadeza se la acercó a los ojos cansados y la observó detenidamente.

La rana al darse cuenta de la edad del caballero, parece que las ranas también tienen poca vista, le dijo:

-          Su señoría tendrá en mí siempre una amiga que le dará todo su amor y lo acompañara en su vejez. Caballero dadme un beso os lo ruego y seré suya para siempre.

El caballero con mucho cuidado envolvió a la rana en un pañuelo y se la metió al bolsillo.

La rana desde el bolsillo le gritaba:

-          Por favor caballero dadme un beso y conviérteme en doncella para vos.

-          ¡No, que va! A mi edad es más divertido tener una rana que habla, para que quiero una doncella cachonda.

 

Tercer final: la versión machista :

El caballero que de verdad era un funcionario medio o un soldado de permiso, rápidamente bajo del caballo, pensando que era la oportunidad de su vida, tomó a la rana y le dio un beso, el estampido también lo tiró al suelo, pero al ver a la doncella desnuda se le pusieron los ojos como dos huevos fritos, pero la doncella al verlo así, le hablo con mucha dureza:

-          Por favor caballero, también cuenta la leyenda que si hicieres lo que estas pensando quedarás encantado.

El caballero lo hizo dos veces y quedo ¡Encantadísimo!

 

Bulldox, marzo 2010

2 comentarios

No se quien soy. -

Bueno,ahoro que lo leí me parece origonal y divertido.Se sale de lo normal dentro de lo mas tópico.

No se quien soy. -

Debido a mi cambio de gafas,leo en el primer renglón:los helicopteros lanzaban amapolas.!Que bonito! !Ya podía ser verdad!