Caso sin resolver.
Caso sin resolver.
Acurrucada dentro de una manta, pensaba en lo complicada que se había vuelto su vida. Todo había cambiado en cuestión de segundos. Aquel hombre acosador, al final consiguió su propósito y continuaba con su vida sin preocupaciones; libre. Mientras que, para ella todo era obscuridad y dolor. Vivía prisionera en su propia casa, con el temor de que algún día él volvería. Nadie le había creído, a pesar de las huellas dejadas en todo su cuerpo. Pero no podía seguir en ese estado, tenía que reaccionar, continuar viviendo y seguir con su trabajo.
Al día siguiente, a pesar del dolor que su cuerpo le transmitía, estaba dispuesta para afrontar cualquier cosa.
Se puso el uniforme de enfermera y comenzó la tarea de ponerse a realizar las visitas correspondientes. Necesitaba ponerse al día.
Su ronda llegaba al final y todo parecía ir bien, cuando recordó que aún le quedaba el paciente de la sala trece. Al abrir la puerta, su corazón casi deja de latir al descubrir que el enfermo era su atacante, cerró de nuevo y se dirigió al baño para tranquilizarse. Entre sollozos y nauseas, comprendió inmediatamente que lo tenía en sus manos. Pasado el temblor, se dispuso a ejecutar su plan.
Respiró hondo y como un ave rapaz, fue en busca de su presa. Lo encontró inconsciente, debido a los medicamentos suministrados, momento que aprovechó para lo que tenía en mente. Una vez concluido el trabajo se fue tranquila y satisfecha.
Al despertar de su letargo, el paciente de la sala trece tenía atado a su mano un frasco con un contenido siniestro. Sus partes más íntimas.
Bordex.
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Xeres -
Anónimo -