LO MAS CORTO QUE PUDE
Aquella prenda íntima…, realmente llegaba a causarme desesperación después de que en su huida, tras el fragor de aquel último encuentro, mis expectativas sobre como podría acercarme a ella se diluían en el tiempo; no llegaba el momento de verla de nuevo para expresarle que me sentía por dentro como alguien para quien todo aquello pudiera haberle resultado una sorpresa.
Estaba claro que el destino me había jugado una mala pasada; más de nuevo tuve una corazonada, fue algo como un sueño en el que las ilusiones, amores, quimeras e ideales, rompían la rutina que nunca debió existir y que ella quiso a toda costa mantener como su credo sagrado. Yo ahora lo veía todo como más lúdico y no me imaginaba a mi mismo ultimando detalles o marcándome objetivos, mi actual actitud se parecía mas a un remolino, a una manera de vivir la vida con total desenfreno; pienso que había aprendido a desamar.
sandex
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