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Taller Literario de Salinas

Mozart.

Mozart.

 

 

 

Hacía mucho tiempo que mis labios se habían convertido en una línea recta sin expresión. Desde aquel momento en que la razón, dejó paso  a la desesperanza, al igual que un barco navega sin rumbo, mi vida se tornó tortuosa y delirante.

. En mi cuerpo aun pueden apreciarse las secuelas del “amor”.

Un amor violento y torturador, donde las palabras no tenían cabida, pero si los insultos, las humillaciones, la ausencia de calor… La tormenta no cesaba y mis fuerzas mermaban día a día.

¿Dónde encontrare el camino sereno? Mi pregunta obtuvo respuesta en un pequeño resquicio de mi mente. La noche se presentaba tranquila.  En el dormitorio, el gigante dormía placidamente sin sospechar que sería la última. Todo fue rápido y seguro. Nadie nunca sospechó que mi beso contenía el final de su vida.

Aquella voz… Pablo me estaba esperando y  las suaves notas de Mozart, también. Por primera vez, en mis labios brotó una sonrisa.

 

 

 

Bordex.

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