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Taller Literario de Salinas

Tres mujeres, unas risas y un ligón de playa

Una tarde de verano en alguna playa de un lugar de costa cualquiera con chiringuito playero, hamacas y sombrillas-palmera de alquiler, negro vendiendo relojes de imitación y CDs piratas, marroquí voceando “foombras”, “fooombras” y rumano de etnia gitana  que lleva en la espalda algo semejante a unas parihuelas pero en versión nevera portátil cargada de refrescos y helados.

            Entre la abigarrada multitud de cuerpos que se tuestan al sol tres mujeres con esa edad indefinida en la que bien pueden tener entre treinta y cinco y cuarenta años. Sus respectivas parejas ven un partido de fútbol en la televisión del chiringuito playero y los niños juegan en la orilla del mar. De las mujeres, dos toman el sol, tumbadas boca arriba en la toalla mientras que la tercera, sentada en una hamaca y con cara de aburrimiento fuma un cigarro. De repente algo llama su atención.

            A una distancia aproximada de metro y medio de donde ellas se encuentran un individuo de unos cuarenta años está colocando una toalla en la arena. Lentamente y consciente de las miradas de los que le rodean se desviste. Se quita la ceñida camiseta naranja de tirantes, hincha el pecho, marca los abdominales,  enseña los bíceps. Deja caer el minúsculo y apretado  pantalón corto de color blanco para mostrar un diminuto tanga negro que por delante le cubre lo indispensable y por detrás una fina tira deja sus nalgas al aire.  Luego se recoge la corta y engominada melena de pequeños rizos de color negro en una coleta, unta de crema su bronceado y barbilampiño cuerpo, se coloca las gafas a modo de diadema y ya brillante y aceitado procede a estirarse en la toalla pero con los codos en posición de ángulo recto y la cabeza levantada para mirar y ser mirado.

            ¡Chicas!, ¡Pili!, ¡Pepi! ¡No os perdáis el espectáculo! – dice la mujer que fuma el cigarro -

            ¿Espectáculo?, ¿Qué espectáculo Puri?   – incorporándose Pepi en la toalla -

            Mira el tío ese de la toalla blanca – le señala Puri con un leve movimiento de cabeza –

            ¡Ahí va!, ¡Parece de anuncio pero en versión hortera! ¡Vamos, un ligón playero! – Pepi muerta de risa –

            Anda, despierta a la marmota de Pili que nos vamos a reír un rato – Puri a Pepi señalando a la adormilada Pili –

            Pepi le da una sacudida en el hombro a Pili que se despierta sobresaltada.

 ¿Qué pasa?, ¿Qué pasa?, ¿Le pasó algo a los niños? – asustada Pili mientras se levanta para salir corriendo hacia la orilla del agua –

            No nada, ¿qué va a pasar?, ¿tú tan histérica como siempre?    la tranquiliza Pepi -   

            Mira el tío ese que tenemos enfrente ¿qué te parece? – le pregunta Puri –

            ¡Mi madre!, ¡Cuánto músculo! ¡Si parece de mentira! y creo que se está dando cuenta que estamos hablando de él – un poco cortada Pili –

            ¿Os fijasteis en el bulto tan enorme que tiene entre las piernas? – asombrada Pepi –

            Eso es de relleno – le contesta Puri –

            ¿Cómo que de relleno? – Pili –

            Pues si, de relleno de silicona, como los sujetadores – Puri –

            ¡Claro!, ¡Puede ser! Hace poco me comentó una amiga que había hasta bragas y calzoncillos con relleno de silicona en las nalgas para potenciar el efecto de “culo levantado”. – casi convencida Pepi –

            Si, fijo que es de relleno, por que me dijo una prima mía que tiene una vecina que el novio hace culturismo, que una vez le comentó que de tanto hacer pesas y tomar tantas porquerías para tener el cuerpo así su pene se le había quedado muy menguado. – totalmente convencida Puri –

            ¡Además no tiene ni un pelo! Tiene la piel como el culo de los bebés. ¡Pero si tengo yo más pelo! – Pili -

            ¡Pareces tonta Pili! ¡Está así porque se depila con láser! – Pepi -

            Pero… ¿un hombre? ¡Ay! ¡Donde esté el pelo de mi Pepe que se quite “eso”! – Pili –

            ¡Pues sí!, a todos no les gusta ser como el “hombre lobo” que tienes tú por marido – Pepi -

            ¡Ay que cosas tan raras! – alucinada Pili –

            ¿Qué apostáis a que me lo ligo? – Puri –

            ¡Estás loca!, ¡En cualquier momento pueden llegar ellos! – escandalizada Pili -

            ¡No llegan, no!, ¿o es que no los oyes berrear con el puñetero partido? Además yo estoy diciendo que me lo voy a ligar,  no que me vaya a acostar con él – Puri –

            Puri mirando fijamente al ligón se reclinó en la hamaca, como la maja desnuda de Goya en el diván pero en versión playera, se bajó insinuante los tirantes de la parte superior del bikini, enseñó canalillo y sonriendo lasciva pasó lentamente la lengua por sus labios.

            El ligón que ya estaba a la expectativa captó enseguida el mensaje y al momento encontró el pretexto para acercarse a las mujeres. Cogió un cigarrillo de su pitillera y se acercó a pedir fuego a Puri.

            ¡Hola chiquitas! ¿Qué tal?, ¿Tendréis alguna fuego? – con voz de pito que no hacía honor a lo que se esperaba de aquel cuerpo –

            Y que os parece si nos vamos a tomar algo al chiringuito. Invito yo y luego, ya veremos… -  continuó el ligón dirigiéndose a las tres pero mirando fijamente a Puri -

            Pues… dijeron al unísono, estallando en una carcajada.

 

 

Xeres

4 comentarios

Anónimo -

Cuanto ligón con poca shishaaa!!

Xeres -

Si, soy yo.

elegantex -

no sé cómo lo haces pero consigues que nos llegue hasta el olor de la crema bronzeadora del ligón...

Anónimo -

Eres Merce?