Nieva
Papá, mamá, está nevando!!!
sonaba en mi cabeza, un sábado por la mañana en el més de diciembre, nuestra hija nos despertó con semejante júbilo y nos puso a todos en danza, venga a correr por los pasillos, gritando venga! mirad! que bonito!. Unos en los baños, lavándose, y mi mujer y yo vistiéndonos en la habitación.
Preparamos los desayunos, nos abrigamos con guantes, gorros y bufandas, aunque luego la mitad de las cosas a los crios les sobran. Hicimos el típico muñeco de nieve con todo, unas ramas simulaban los brazos, y unas piedras la cara. Como no, jugamos a la tirarnos bolas, nos deslizamos por todas las cuestas que pudimos en trineo, una y otra vez, arriba y abajo.
Es curioso a la vez de bonito como el paisaje cambia, donde antes había verde, ahora hay una manta blanca algodonosa, que cruje a cada paso.
Al final llegas a casa, todos exahustos, aunque con gran alegría recordando todo lo hecho por la mañana, pero queda la tarde, uf bueno, ahora a reponer fuerzas con una buena sopa caliente.
Aún recuerdo como yo a su edad también gritaba:
Papá, mamá, está nevando!!!
Por: A. M. de Diego.
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