INOCENCIA SALPICADA (llueve)
Llueve.
La lluvia mojaba su linda cara y no parecía molestarle. Caminaba con una gracia especial, ora daba unos pasos ora se paraba y miraba hacia arriba, lo cual, hacía que las gotas de lluvia le resbalaran por su rostro impidiéndole ver, aquello que quisiera mirar, o quizás sólo era eso lo que deseaba, dejarse mojar por ella, sentir su frescura.
Él la observaba desde su altar sin apenas pestañear, ella ajena a todo, dejaba a sus pies jugar con los charcos recién formados.
El cuerpo flácido y grasiento de aquel hombre, se erizó de pronto produciéndole un terrible e inaguantable dolor de cabeza, y supo, que ya nada podría cambiar los acontecimientos.
DISTRAX
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Anónimo -