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Taller Literario de Salinas

El viajero

El viajero

El viajero.

 

Buscaba un lugar tranquilo para morir.

Viejo errante de pueblos sin fortuna, donde habitan gentes de todas clases; con su violín a cuestas, sus ropas hechas harapos, mendrugos de pan con tocino para sus viejos y carentes dientes… ¡benditas melodías, que en su día enamoraron a jóvenes parejas!

Pero sigue solo, más cansado que de costumbre, y busca un lugar donde acurrucarse del tiempo.

¡Viejo árbol, tanto como yo! ¡Dale descanso a este viajero!

Apoyado en sus raíces, se duerme para siempre, mecido ahora por el murmullo del viento entre las ramas. Una vieja estatua con violín, quedará en su recuerdo, y en los días de viento se dice que aun se pueden oír sus tristes melodías…

                                                                                                               Vero.

2 comentarios

Anónimo -

leyendo este relato no parece tan terrible morir... ¡muy bueno!

Anónimo -

me gusta mucho