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Taller Literario de Salinas

Si encuentran un teléfono no...

Buscaba un lugar tranquilo para morir cuando sonó su móvil. Antes de contestar se quiso asegurar de que no fuera su inconsiderado jefe y, una vez más, se alegró del progreso que había hecho del teléfono el no va más de la incomunicación. No le hizo falta sacar sus gafas de ver de cerca, ahí estaba en letra bien claras el nombre del inoportuno: MUERTE

 No le pillaba desprevenido, pero sí  le molestaba tanta insistencia; apagó el móvil y, con rabia, lo tiró por la ventana. Era verano y le quedaba aún bastante mundo por recorrer asi es que lo de buscar un lugar tranquilo para morir le parecía ahora una solemne tontería.

-- Ya  se encargaran otros de escoger por mí  ese lugar tranquilo, pensó en voz alta.

Preparó una maleta con algo de ropa y se dirigió al aeropuerto. En la calle, un transeúnte intentaba, con éxito, conectar un móvil de última generación que acababa de encontrarse como caído del cielo… ¡sí, funcionaba!... y además, en ese preciso momento llamaban:

--Sí, dígame, contestó el hombre con suerte.

--Soy la Muerte, le respondieron al otro lado del teléfono.

--Pues me pilla en plena calle, pero, si no le importa, concédame unos días para  buscar un lugar tranquilo para morir, y vuelva a llamarme. Luego, tiró el teléfono.  Dominique

2 comentarios

Tarama -

Original

Anónimo -

No sé de quin es, pero me encanta...