Musculitos.
La hormiga marina era una hormiga independiente:
Vivía sola apartada de todos y de todo. Durante el invierno, se mantenía en el pequeño refugio situado en lo alto de un hermoso árbol, donde guardaba todas sus provisiones recogidas en la época de estío. Era feliz con su vida de ermitaña; nada añoraba y nada pedía, pero la comunidad no estaba de acuerdo con su excéntrica forma de vida.
También poseía una propiedad en la playa; una concha diseñada por ella misma donde pasaba los meses de calor, bañándose y recolectando víveres para el invierno, por eso la llamaban hormiga marina, pero a ella todo le daba igual. Un día apareció por su territorio una hormiga macho (¿o debo decir hormigo?) muy chulo, con bañador de rayas, gafas de sol y unos pectorales muy, muy trabajados. Ella no soportaba la intromisión en su intimidad y recriminó su atrevimiento, pero él, con su encanto estudiado y poniendo ojos tiernos, decidió que aquella hormiga impertinente, sería suya. Durante días aparecía por la playa con diferente atuendo, llevándole chucherías, exquisiteces, y así conseguir atraparla. Naturalmente, después de tanto halago, tantos regalos y tato encanto, nuestra amiga sucumbió
Nunca había experimentado tanto amor, sintiéndose flotar como una nube, olvidándose de todo ya no recogía nada, no nadaba, sólo estaba dispuesta para aquel hermoso y fantástico macho aparecido en su vida.
Pero aquel macho maravilloso, una vez cumplida la misión y plantada su semilla, no volvió a aparecer nunca más por la playa, dejando a la enamorada en un estado de abandono total.
Nuestra pequeña hormiga se fue apagando como se apaga una vela; nunca más se la vio en su tronco, nunca más se la vio en su concha.
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rikieluno -
Distrax -
Anónimo -