Blogia
Taller Literario de Salinas

EL PUENTE

 

 

EL PUENTE

 

Días, ¿que digo días? Semanas llevo esperando este momento, mentalizándome para ahora, no titubear.

Pero aquí de pie, apoyado con poco más que los talones en el borde del puente y con las punteras de mis botas asomadas al abismo, casi no me atrevo a mirar este enorme vacío que tengo delante. Todo el paisaje a mi alrededor forma parte de un gigantesco embudo que además, irremediablemente,  tiene que tragarme.

Estoy tan nervioso, que ni siquiera he oído el nombre del monitor. Mientras me ajusta el arnés y verifica por enésima vez las cuerdas,  pregunta que si es mi primer salto. No necesita respuesta.- En cuanto empieces a volar, tus sensaciones cambiaran, me dice al retirarse.

Ahora, ya solo depende de mí. Mía es la decisión de dar un paso adelante, un solo paso que convertirá tan estática situación en una caída vertiginosa, desconocida y por lo tanto, temida.

Intento concentrarme,( creo que no estoy preparado, es mas, creo que no voy a saltar), dice uno de mis dos “yo”. Miro a mis amigos, que desde más atrás, esperan expectantes mi salto.

Al ver que no me decido muestran una actitud de enfado, de indignación, diría yo. Soy el único que no lo ha hecho todavía, soy un “gallina”.

Vuelvo a mirar adelante, (si no salto ya, me harán la vida imposible esos cabritos), me dice el otro de mis “yo”. La verdad es que desde hace un rato ya no me preocupa una demostración de hombría.

 Por fin me atrevo, no a tirarme, si no a mirar abajo. En el fondo, muy lejos, se distingue el río que discurre royendo el cañón.

Tendré que engañarme a mi mismo, sorprender repentinamente a mi cerebro si quiero cumplir. Sé que si no lo hago, una parte de mi destino quedará primero en blanco y luego, será un pequeño borrón en el orgullo.

Le echo valor, vuelvo a mirar abajo. Unas cuantas personas disfrutan junto al  agua tomando el sol. Parecen hormiguillas desparramadas por la orilla, La altura es bestial. Reviso con la mirada las cuerdas, como buscando un último motivo que me convenza de lo segura que es esta actividad. Las veo desaparecer por debajo del puente, lo cual no me anima mucho, pero sé que están bien atadas al otro lado. Podría decir que me siento acongojado, pero lo que estoy es acojonado. Salta, hombre, salta de una vez, me digo ya enfadado conmigo mismo. Miro al frente, cojo aire.

 

PRIMER FINAL

 

Al estar  mi cerebro gobernado por distintas voluntades, una  de ellas, traicionando a las demás, me obliga a andar. Nada mas hacerlo, el terrible imán tira de mí, parece mentira que algo pueda arrastrarme tan fuerte sin tocarme, y cuando recupero mi presencia de espíritu, tengo el estómago en la garganta. Siento como atravieso el aire a gran velocidad, tanta que no puedo respirar. En cuanto empiezo a recomponerme me preparo para algún tipo de fuerte tirón. Pero este no llega, y la verdad es que me lo habían dicho, pero yo no lo tenía tan claro.

Al tensarse la cuerda desde el oro lado del puente, sin perder velocidad pero suavemente, comienza a sacarme de la endiablada caída vertical y la trayectoria describe ahora una amplia circunferencia que me obliga a pasar por debajo del enorme arco de piedra.

 El monitor tenía razón, esto ahora es una auténtica gozada, como un trapecio del circo

Desde arriba mis amigos me felicitan a voces y llegan a mis oídos algunos insultos que no por cariñosos resultan aptos para ser aquí escritos. Como si las paredes que rodean la escena aplaudieran un nuevo salto, me repiten  a través del eco esas felicitaciones,  poniéndole banda sonora a esta experiencia que ya estoy deseando repetir. Por cierto tengo que recomendárselo a mis compañeros del taller literario, incluso  la tía Conchi, con permiso de Dominique, tiene que venir a probar esto.

 

SEGUNDO FINAL

 

No soy capaz, no puedo. Nunca debí venir. ¿y ahora que hago? ¡Qué vergüenza!

De pronto, Fredo, uno de mis amigos me dice: Chus, Chus , no saltes, espera.

¡Vaya hombre!, ahora que iba a saltar, le digo.¿Qué pasa oh?

Está sonando tu móvil, ¿Qué hago?

¿El móvil? Cógelo, a ver quien coño es...

Es tu jefe, quiere hablar contigo, te lo acerco.

No me fastidies que me van a llamar ahora del trabajo..A ver, dámelo pacá..

. Diga..........Si soy yo,......hombre, dime Pablo.....Que tenemos avería, ¡no me jodas.!........... De acuerdo, voy para allá, dame una hora, ya te explicaré donde estoy ahora mismo.

No, no, tranquilo, que la cosa no es muy urgente. El mecanismo averiado aún lo están desmontando en la instalación, y será suficiente con ir luego, por la tarde.

¡Qué suerte!, nunca pensé que estar de guardia en mi trabajo me traería tanta repentina alegría

.Alejándome de mi negro destino me dispongo a quitarme los atalajes. Me tengo que ir ahora mismo a trabajar amigos, me ha dicho el jefe que es urgentísimo, que ya tenía que estar allí. Escucho comentarios para todos los gustos y me voy tan contento. Me salvó la campana. Nunca más.

 

TERCER FINAL

 

 

En ese momento, noto que un sudor frío, inapropiado para la temperatura ambiente, me corre por frente y cuello. Miro hacía abajo. Siento vértigo. Creo que no estoy bien. Me noto un poco mareado y débil, muy débil de repente. Asustado por mi estado, trato de girar para separarme del abismo, pero ya estoy grogui y no controlo los grados de giro que le doy a mi cuerpo. Cuando trato de dar un paso, una imaginaria nube de vapor se traga mi pie, mi pierna y todo mi cuerpo, caigo al vacío, y no puedo contaros más, pues he perdido el conocimiento.

 

mogox

0 comentarios