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Taller Literario de Salinas

Modo Silencio

    Modo silencio

   

 

    Había llegado el gran día. Durante meses había estado preparándome: me hice con una copia de los planos de la casa, estudié los movimientos de los propietarios, sus bienes y actividades, las rutinas de la empresa de seguridad y las del servicio.

    Repasé cuidadosamente todos los detalles: material, recorrido, cronómetro…Todo estaba listo.

    Era una gran mansión y había tal profusión de objetos de valor que no sabía por donde empezar. Porque, claro, no es lo mismo saber que hay oro que verlo, reluciente, a tu alcance. Rápidamente deseché la idea y me decidí por las cosas que tenía en mi lista que comprendía joyas y pequeños objetos fáciles de vender en el mercado negro, dinero en efectivo y algunos documentos comprometedores  con los que podría hacerle al dueño un buen chantaje a cambio de su silencio.

    Todo iba sobre ruedas, ya casi había terminado…hasta que ¡idiota de mí! el móvil sonó:

“…devuélveme la vida que me da…”  +  bolsillo interior + cremallera que no baja + volumen máximo = vigilante adormilado que se pone en máxima alerta.

    Por mucho que lo repaso mentalmente no veo el momento en el que cambié el móvil al “modo sonoro”.  

    Ahora, me encuentro sumido en el marasmo.

 

  La Vox

2 comentarios

Anónimo -

si tu ladrón hubiese llevado el movil metido en un calcetín de esos tan chulos tal vez...

Bordex -

Bien lirio. Llegas tarde, pero llegas...