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Taller Literario de Salinas

Encuentros en la 3ª carpa

Encuentros en la Tercera Carpa

 

 

    Lauren deambulaba aburrida por Xixón. No tenía nada que hacer ni adonde ir. Estaba de vacaciones.

    A lo lejos divisó una gran noria. El bullicio la guió hasta donde estaba ubicada la SN. Recorrió el mercadillo interétnico sin mucho interés. Luego, vio la exposición de fotoperiodismo, que la dejó bastante impactada. -Nunca se acostumbra una del todo a esos horrores. Por fortuna, pensó, no debemos olvidarnos de los que sufren-. Pasó por delante de la pequeña feria del libro, la Carpa de las ONG, la Carpa IQ, y llegó a la Carpa del Encuentro que además de charlas contaba con bar. Estaba en la Semana Negra.

    Compró un botellín y se acomodó en una silla de plástico verde, de publicidad de cerveza. Guillermo De Veró disertaba sobre su novela “Dejá vu”. Hablaba del dopenguenga de la vida. “…la vida tiene muchas capas – afirmó - yo mismo no soy lo que parezco. Hasta tal punto que a veces siento que soy el autor y otras un personaje de la novela. En este momento creo que soy más bien un personaje. Cuando te sumerges en este mundo, es difícil discernir entre  realidad y ficción”. Cuando lo dijo, la miró fijamente. Esto le ocurría con frecuencia, quiero decir, lo de pensar que el orador está hablando sólo para ella, o incluso de ella. La audiencia se rió cómplice.

    Cuando empezó el reparto de ejemplares gratuitos, la mayoría de los asistentes se abalanzaron sobre la azafata rubia que llevaba una camiseta negra con la impresión de la portada del libro. A Lauren le apetecía tener un ejemplar, pero no tanto como para pegarse por él. Así que después de unos segundos de espera, desistió, aunque decidió acercarse al autor para felicitarle. Inusitadamente éste se encaminó hacia ella también…  - ”Pues…”-dijeron al unísono, estallando en una carcajada. Parecía que a los dos les apetecía conocerse. Le alargó un ejemplar y le dijo: “Expresamente para ti”. El hecho le hizo gracia – una forma como otra cualquiera de ligar – pensó. Nunca le había interesado especialmente la novela negra, pero aquella quería leerla ya. Se alejó del ruido y se sentó cómodamente en un banco de Poniente…

    El libro tenía una dedicatoria: “Para ti de mí”. - Frase genérica para cualquier mujer que se le acerque. ¡Qué agudo!- se dijo. Cuando abrió la primera página se quedó perpleja: “Lauren deambulaba aburrida…”

 

 La Vox

2 comentarios

elegantex -

muy bueno y siguiendo las normas...uauuuuuuuu!

Xeres -

Que misterioso...